Seis policías y dos guerrilleros de las FARC murieron en combates que se desarrollaban este viernes en la provincia de Putumayo (suroeste, fronteriza con Ecuador), cuando los insurgentes intentaban tomar un pueblo, informó una autoridad de la Policía de Colombia.
"Seis hombres nuestros han fallecido (y hay) cuatro lesionados. Lo más importante es que la policía impidió que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) entraran al casco urbano" del pueblo de San Miguel, dijo Orlando Páez, director de seguridad de la Policía Nacional.
"Hay dos subversivos dados de baja, tres fusiles incautados, munición y equipos de campaña incautados también", agregó en declaraciones a la prensa, poco antes de viajar hacia el lugar de los enfrentamientos.
Los combates, que aún no han cesado, comenzaron en la madrugada de este viernes, indicó Páez.
Según el directivo de la Policía, los agentes se organizaron "en patrullas y salieron al área rural cuando tuvimos conocimiento de que ingresaban estos subversivos por trochas (senderos) y vías secundarias".
"Se producen combates con fusilería, con ametralladoras, con explosivos. En el desarrollo de estos combates, que aún ni siquiera los hemos terminado, informamos que seis hombres nuestros han fallecido", añadió Páez.
"Lo más importante es que la policía nacional impidió que terroristas de las FARC ingresaran al casco urbano a afectar a los ciudadanos", insistió.
En apoyo a la Policía, la Fuerza Aérea destacó aeronaves de combate y reconocimiento para retomar el control en la zona, indicó esa institución.
También fueron enviados dos helicópteros medicalizados para el traslado de los policías heridos.
Las guerrillas de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) han lanzado una ofensiva en las últimas semanas, especialmente en el sur del país, que han dejado más de 30 policías y militares muertos, así como una veintena de insurgentes fallecidos.
El ataque más fuerte de las FARC ocurrió la semana pasada, cerca de la población de Doncello, en la provincia de Caquetá (sur), donde 14 policías murieron tras caer en un campo minado, donde fueron rematados con disparos y luego incinerados.
Tras ese ataque, el presidente Juan Manuel Santos pidió a las fuerzas militares "arreciar" en su lucha contra la guerrilla, en conflicto armado con el Estado colombiano desde hace más de 40 años.
Las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes, según cálculos de las fuerzas militares, propusieron a Santos entablar un diálogo, poco antes de su asunción el pasado 7 de agosto.
Pero el presidente ha resaltado que antes de cualquier acercamiento, la guerrilla debe liberar a los secuestrados en su poder y cesar en el reclutamiento de menores de edad.
Entre 2006 y 2009, Santos se desempeñó como ministro de la Defensa del ex presidente Alvaro Uribe, cargo desde el cual propinó a las guerrillas los más duros golpes de los últimos años.
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