Al Sr. Presidente Ollanta Humala Tasso,
A nuestros compatriotas en el Perú y en el mundo,
A la comunidad internacional,
En siglos, la actividad minera en el Perú no ha traído el desarrollo esperado para las zonas donde se practica. Los ejemplos de miseria y abandono son legión donde la actividad extractiva de recursos naturales se ha implantado, dejando una profunda cicatriz social, humana y ecológica difícil de cerrar.
La minería mal organizada por el Estado peruano ha hecho que nuestros pueblos se polaricen, enriqueciendo a unos y pauperizando a otros, debido a la corrupción que existe en ese sector, con funcionarios inescrupulosos e inversionistas cuyo único objetivo es rentabilizar al infinito las ganancias, sin el menor respeto por las poblaciones y su futuro.
Son pocas las autoridades regionales que ejercen un verdadero control, dejando a las poblaciones que los eligieron a la merced de procedimientos judiciales difíciles de afrontar. Las crisis sociales son entonces pan cotidiano y la historia se repite, sin que exista una posición clara de respeto por la legislación nacional e internacional de la cual el Perú es signatario.
Continuar con la infeliz política del perro del hortelano que el Sr. Ollanta Humala criticó, azuzando incluso al paro y la movilización en Cajamarca, sólo nos puede llevar a situaciones de conflicto a repetición, inestabilidad y ruptura del pacto social, donde muchos de nuestros compatriotas, irónicamente, dejarán la vida por vivir.
Lo que vive actualmente el Perú nos pone en una situación de país medieval, donde leyes no existen, sin estudios previos ni gente idónea para llevarlos a cabo. Se sigue priorizando la informalidad política, dándole la espalda al pueblo peruano y a su propio desarrollo. Peor aun, se incita a los inversionistas a entrar en un juego de corruptela, vendiendo el Perú al mejor postor con la política de “explotar donde se encuentren los recursos naturales”, lo cual pone a nuestro país en situaciones de conflicto mayor.
El Estado de derecho y la paz social no pueden entonces afirmarse con el recurso fácil al estado de emergencia. Hacerlo provocará enfrentamiento que es justamente lo que se desea evitar. Experiencias pasadas han mostrado la ineficacia de estas medidas, las cuales polarizan y exacerban las posiciones. Dando soluciones militares indica la poca visión del tema de fondo, cuando el tema de fondo es de orden técnico (Estudios de Impacto Ambiental fiables) y jurídico (debido respeto de la Convención 169 OIT).
Al declarar el estado de emergencia, la actitud presidencial no se enmarca dentro del ordenamiento jurídico internacional y versa en la arbitrariedad.
Por lo tanto, exigimos al Sr. Ollanta Humala:
- El cese de inmediato del estado de emergencia en Cajamarca,
- Disponer una moratoria de 5 años para las nuevas concesiones mineras,
- Proceder a un ordenamiento territorial que designe las zonas libres de explotación minera, alejadas de centros poblados y sitios geográficossensibles,
- Llevar a cabo los estudios de impacto ambiental, con la participación de expertos de las Naciones Unidas y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
- Abrir un debate nacional sobre la política de explotación de nuestros recursos naturales
Finalmente, hacemos responsable directo al Sr. Ollanta Humala y a su Consejo de ministros por la pérdida en vidas humanas que pudiera acarrear el estado de emergencia. Decimos y repetimos que en el rubro de la minería, emergencias no existen, solamente existe la emergencia de aquellos que quieren explotar de manera apresurada y caótica nuestros ya diezmados suelo y subsuelo.
Por el respeto de la vida
de los pueblos originarios y comunidades indígenas,
Por el respeto del medio ambiente y nuestros agricultores,
Por el respeto del Estado de derecho y la institucionalidad de nuestro país,
Por el respeto de la legislación nacional e internacional.
CAMBIA PERÚ
COMITÉ CENTRAL
“PERUANOS CONSTRUYENDO UN NUEVO PERÚ”
No hay comentarios:
Publicar un comentario