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miércoles, 13 de abril de 2011

LA CASA DE LA CULTURA...Carta abierta al pueblo de Cañete

Nos sentimos verdaderamente congratulados al saber que hoy, contamos con un valioso local signado a “La Casa de la Cultura” de Cañete, esperamos se convierta en un templo camino del saber y de la erudición. Estamos en la obligación de conservarla con gran diligencia, y al estar explícitamente abierta al diálogo y el análisis, seguramente se conseguirá estimular las acciones destacadas, en resguardo de su prestigio y reputación integral.

Han pasado más de seis meses de su inauguración, tiempo posiblemente pronto o muy temprano para conocer la existencia de un plan de gestión académica o de la organización de su estructura orgánica, de cuyos resultados esperemos se llegue a plasmar un Centro Cultural, que irradie entendimiento y conocimientos de un contenido altamente renovador, de manera tal, que se pueda elevar el nivel educativo y cultural del poblador cañetano.

La Casa de la Cultura, además está llamada a convertirse en una excelente tribuna, donde se consiga ampliar el debate de la problemática existente y limar las controversias entre los representantes de la provincia. De este encuentro estamos seguros, se obtendrán nuevas metas y objetivos, que se alcanzarán como resultado de una conciencia crítica reflexiva, de una nueva actitud, de una nueva mentalidad, dirigida con la infranqueable exigencia del compromiso y del honor adquirido. Los grandes temas deben ser tratados objetivamente, con meridiana claridad y convicción, pensando que de las decisiones que se obtengan éstas seguramente comprometería la vida misma de sus pueblos, que sabemos muy bien, tienen futuro, desafíos y grandes soluciones al alcance.

Modestamente, opinamos como cañetanos, que es indispensable la creación de una institución cultural, que la represente, a fin de legitimar el aliento generador en sus líneas matrices y promover fuentes de conocimientos, instrucción, arte, poesía, y literatura en general, como de otras especialidades, que congreguen y representen una justa y verdadera expresión de los pueblos de Cañete, ungidos de un código de honor, de amor, de pasión, de valores, de protesta, de credibilidad y de acción social.

Por excelencia, y esencia la palabra “cultural” es el derecho que tiene toda persona como ser humano a ser tratada como un fin y no como un simple instrumento, para elevarla dentro de una unidad esencial de lo espiritual, compartiendo sentimientos y actitudes decididas en beneficio de las relaciones de amistad y colaboración entre hombres y mujeres de nuestros pueblos, y concluir pensando y a la vez actuando, que la solidaridad debe ser la consigna, al lado de niveles éticos y morales.

La dialéctica y el ordenamiento lógico como corolario de la Casa de la Cultura, cualquiera que ésta sea, debe de estar representada por valores, lenguajes y modos habituales de actuar y obrar. No solo le corresponde al andamiaje o estructura física, sino particularmente al ambiente ajustado propiamente a la cultura, de forma cabal, con actores personales, institucionales, sociales y de otros, afines a la creación y producción literaria, para llegar a fomentar y trascender nuestro patrimonio cultural.

En razón a las consideraciones expuestas, esperamos no encontrarnos con una respuesta del silencio y del secreto. La información pública constituye y es parte de la democracia, a la vez es propiedad de la ciudadanía.

La diferencia que se da entre una sociedad desarrollada y otra que no lo es, radica precisamente, en que la primera, los bienes públicos pertenecen a todos y a la vez a nadie. Su utilidad consiste y radica en el alcance de su accionar y entender que los avances logrados siempre serán en beneficio del pueblo.

Para concluir, no puedo dejar de expresar y menos pensar, que algún día pueda presentarse cierto desliz, que origine y produzca un nubarrón y empañe el accionar de la recién establecida “Casa de la Cultura en Cañete”, no puede pasar, ni debo dejar de decir lo que sucedió en mayo del año 1993, fecha en que los señores del Concejo Distrital de Imperial, en un acto increíble, insólito y lleno de desacierto, truncaron la obra llevada a cabo, mediante la dinámica del ambicioso proyecto, conseguido con mucho esfuerzo y sacrificio, por El Museo del Hombre de Cañete, incluyendo las Exposiciones Itinerantes, realizados en un verdadero peregrinar por los diferentes distritos de la Provincia. Deben conocer y enterarse, que los señores del Municipio de Imperial, usando cierto ardid y una que otra treta sustrajeron los restos arqueológicos guardados en un local apropiado, estos restos configuraban gran parte de los misterios que rodeaban el proceso histórico y la continuidad de las culturas que se desarrollaron en el valle de Cañete.

“El Museo del Hombre en Cañete”, estaba constituido y conformado por: momias, huacos, cerámicas, diversos tipos de tejidos, piezas ornamentales, utensilios de labranza y de pesca, redes, caparazones de moluscos y otros instrumentos de diversos valores arqueológicos y culturales, todos fueron soterrados y dejados a recaudo no sabemos de quién o de quienes, los ví arrumados nada menos que en un rincón donde se beneficiaban reses. Este lastimoso y lamentable hecho, originó una furibunda protesta a través de un Memorial en mismo día de la ocurrencia y que se circuló a nivel provincial.

Hoy, creemos que corresponde a la “Casa de la Cultura de Cañete”, recuperar estas reliquias llamados restos arqueológicos, sería la primera gestión feliz de La Casa de la Cultura de Cañete. Hasta estos momentos no sabemos dónde pueden estar ubicados o dónde se encuentran, existe o no y fijar la culpabilidad correspondiente, Ahora establecida La Casa de la Cultura en Cañete se posibilita exponer estos tipos de actos ilícitos que van contra la cultura….

Finalizo pensando cómo van a tomar o calificar la presente Carta Abierta. No quiero dejarles el interrogante y puedan discurrir u opinar tal vez, como un acto audaz, osado, ligero o denodado. Les hago llegar mis razones:

Primero.- Porque soy un cañetano que razono y ama, siente y quiere a Cañete como pocos.

Segundo.- No me anima ni tengo ningún interés mezquino, menos pretendo nada en particular. Muchos saben de mi trayectoria y de mi camino. Marcho al ritmo de mi propio tambor, nadie me toma el tiempo, menos creo, se atreverían hacerlo de hecho, al tomar solo mis decisiones, actúo tal como me lo propongo.

Tercero.- Estimo que mis 25 años de experiencia como directivo en la ANEA, (Asociación Nacional de Escritores y Artistas del Perú) con dos períodos consecutivos como Primer Vicepresidente cuenta mucho. Por igual lapso, socio de la Federación de Periodistas del Perú, con cargos en la directiva en dos ejercicios. Y entre otros Director Económico de PACTO (Programa Andino de Cooperación y Tecnología de Organización para América Latina), con renovación de registro APCI, reelegido por tres veces como Director en Economía. Los que saben dicen: la experiencia vale más que mil palabras.

Termino diciendo: EL DIA DE HOY, ES LA VISPERA DEL CAÑETE DE MAÑANA, PRESENTIMOS EL FUTURO, DEL QUE NOS SENTIMOS TEMEROSOS AYER.

(Esteban Loo Lynch)

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