Transcurrido el primer debate entre los candidatos a la segunda vuelta solo se señalaron lugares comunes, no presentaron propuestas de impacto regional, no cambiaron su rutina y se lanzaron puyazos mutuamente. En resumen, no hubo nada nuevo, peor aún: Crece la decepción.
Hace unos días recibimos a ambos candidatos en el local del APRA, en Huacho, sede del Comité Ejecutivo Regional. Los recibimos con la plana mayor del partido, es decir, el pleno del Comité Ejecutivo Regional, los secretarios generales provinciales y distritales así como los alcaldes apristas recientemente elegidos. Creímos que ambos candidatos iban a preparar un discurso especial debido a su presentación ante un partido político con experiencia y un auditorio que no solo los trataría con respeto, como en efecto se hizo, sino que además no les pondría limitaciones de tiempo para que pudieran ser amplios y claros en su exposición.
Sin embargo ninguno de los dos candidatos satisfizo al auditorio aprista, quedando pendientes cuatro puntos que consideramos básicos:
1. Como garantizar transparencia en el uso de recursos públicos.
2. Como garantizar la lucha contra la corrupción.
3. Medidas para profundizar la descentralización, acentuar la planificación y desterrar la improvisación.
4. Un Acuerdo Regional que garantice políticas de gestión, aceptadas por el Gobierno Regional y propuestas por los partidos políticos, sociedad civil, empresarios y sindicatos.
Luego del debate se vuelve a tener esta carencia, ellos solo quieren ganar a toda costa, no quieren asumir compromisos que le den rumbo a la región, seguiremos en la política de que a quien se humilla y toca la puerta se le atiende, previa condición de sumar para el gobernante de turno.
En el caso del APRA, se nos ha requerido que los militantes del partido, sus dirigentes y alcaldes, decidan su voto y lo hagan público. Nosotros hemos decidido que no vamos a expresar institucionalmente nuestro voto por ningún candidato.
Los verdaderos apristas saben que decidir por uno u otro candidato es un suicidio político, entre otras razones por lo siguiente:
• Si decidimos votar por el candidato que va a perder las elecciones, el APRA perderá también la elección.
• Si decidimos votar por el que va a ganar, entonces perderemos la posibilidad de fiscalizar, en caso de que quien gane “apoyado” por nosotros, cometa actos de corrupción (si es que ya no los está cometiendo).
• Estas no son alianzas electorales, como cuando usted se presenta al proceso antes de la inscripción, estos son acuerdos que dicen “vota por mí que después nos arreglamos”.
El pueblo decidirá quién es el menos malo. Esperamos que, como en la primera vuelta, no prime la promesa fácil, los regalos a media noche en camiones o la nueva modalidad de “tómale foto a tu voto, que te pago en efectivo.”
Por ello, nuestros militantes en su condición de ciudadanos, al momento de ejercer su derecho en las ánforas, decidirán individualmente su voto, el cual debe ser de conciencia y responsabilidad con el desarrollo y el futuro de la región. Los que desean expresar su voto o preferencia por alguno de los dos candidatos, lo harán a título personal y no en nombre del partido.
Los candidatos o sus intermediaros pueden ofrecer el oro y el moro para que el APRA se pronuncie institucionalmente, pero no lo haremos porque consideramos que somos una fuerza política que se respeta. Los apristas asumimos los resultados electorales con dignidad y no tenemos que aparecer en una mesa rompiendo nuestros ideales, arriando nuestras banderas y dejando nuestros colores, para aparecer en la foto, recibiendo un mendrugo de pan de parte de quien gane. En democracia se puede estar al frente de la gestión o se puede ser oposición, es parte del sistema, lo que importa es nuestro compromiso con el pueblo.
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